Los tocados de cada boda son especiales porque son ellas, las novias, las que participan en la creación de la pieza con la que quieren brillar en un día único. Saben que serán la atención de todas las miradas y eso da cierto respeto, a algunas les impone un poco y a las más atrevidas y lanzadas les divierte. Sean como sean las novias, lo bonito del proceso es que sean ellas las que decidan cómo lo quieren, el tamaño, la forma, los colores, los materiales…. Ver sus caras desde el inicio del diseño hasta el final, es una de las partes de mi trabajo con la que más disfruto. Pilar fue una de esas novias y gran amiga que confió ciegamente en mi para hacerle una media corona que lució en el baile, algo que siempre me hace muchísima ilusión. Quería algo sencillo con lo que sentirse ella misma y a la vez que tuviese un toque especial. La verdad es que estaba guapísima con ese precioso vestido hecho a medida de Covadonga Plaza. Tuve la suerte de acompañarle a las pruebas de vestido y fue súper emocionante ver el proceso de confección…¡una maravilla!